domingo, 30 de noviembre de 2014

UNA DE PROFESORES DE LATÍN



No son pocos los ejemplos célebres de profesores de una u otra materia que ha alumbrado el cine. Estáis más que hartos, supongo, de ver películas ambientadas en las aulas de un instituto más que conflictivo donde los alumnos pertenecen a bandas, llevan navaja y solo ocupan sus pupitres para entretener el tiempo entre tiroteo y tiroteo y hacer que el profesor de turno caiga en una depresión nerviosa. Entonces, justo cuando nos disponemos a desahuciar definitivamente a tan peligrosos energúmenos llega un profesor nuevo, generalmente joven, que, tras unos comienzos dubitativos, consigue devolver a los angelitos al buen camino y demuestra que lo único que necesitaban era a alguien que los escuchara. Ejem, ejem... Pues bien, este profesor-mesías lo es siempre, o casi siempre, de Literatura, raramente de Música, nunca jamás de Latín.
Al contrario, los ejemplos de profesores de Latín que ha dado el cine, si se exceptúa, quizá, al William Hundert (Kevin Kline) de El club de los emperadores, aúnan en sí lo que un buen profesor no debería hacer en clase. Para muestra, os traigo dos botones bien distintos. El primero, entresacado de Tortura (Sjöberg-Bergman), recibe el muy parlante apodo de Calígula (¡ay!) y se dedica a satisfacer sus sádicos impulsos con uno de sus sufridos estudiantes.


El segundo, más benévolo, imparte clase de Latín en la elitista academia de Welton (Nueva Inglaterra) y sus clases, tan tradicionales como plomizas, sirven de contrapunto a las tan audaces como inspiradoras del profesor Keating, protagonista de la célebre El club de los poetas muertos (Peter Weir). Pero por aburridas que sean, las clases de este anodino maestro nos sirven para ilustrar ciertas características de la lengua latina. 


 Vuestra tarea de hoy vuelve a ser triple, pues tres son las preguntas que debéis contestar:
1. ¿Por qué el apodo de Calígula es tan apropiado para el sádico profesor de Tortura?
2. ¿Qué están haciendo en el vídeo el profesor de latín y sus estudiantes? ¿Qué son los casos? ¿Y las declinaciones?
3. ¿Qué gran error cometen en la pronunciación de determinados casos?

Me despido ya, no sin antes encomendaros una última tarea. Explicad, por favor, a vuestros compañeros que mis clases de Latín, Griego y Cultura Clásica poco o nada tienen que ver con la de los dos ejemplos vistos, pues ni son peligrosas ni aburridas... ¿no?

jueves, 20 de noviembre de 2014

¡HASTA INDY SE EQUIVOCA DE VEZ EN CUANDO!



No estoy diciendo nada nuevo, lo sé, si os hablo del poder de fascinación que ejerce el cine. Hasta el más apocado y timorato de los mortales, una servidora por ejemplo, ha deseado alguna vez estar en la piel del protagonista de una buena película de aventuras. Sin duda, porque, por mucho que suframos por el camino, invariablemente todo termina saliendo bien. Y esa, amigos míos, es una garantía que la vida real no ofrece. No obstante, no debemos ponernos pesimistas, sino aprovechar las ocasiones de evasión -y diversión- que el séptimo arte -y la literatura- nos sirven de cuando en cuando. 

Pues bien, evasión y diversión a raudales es lo que ofrece la trilogía original de Indiana Jones -dejemos al margen la secuela tardía titulada El reino de la calavera de cristal -, responsable directo de que toda una generación de jóvenes se matriculara en las casi ya desaparecidas facultades de Arqueología. Poco importa que sus experiencias reales nada tuvieran que ver con las de aquel atractivo aventurero dotado de látigo y sombrero y con miedo cerval a las serpientes que más parecía un cazatesoros y frustraba los perversos planes de los Nazis en cada una de sus aventuras. El Indiana Jones de Steven Spielberg se convirtió en los ’80 en todo un icono y en imagen para el mundo de los arqueólogos.

Lo que aquí os traigo hoy, además de la firme recomendación de que, por favor, no os perdáis las tres primeras de sus aventuras, es el comienzo de La última cruzada, en que el propio Indy es asaltado en el campus universitario en el que da clase y llevado ante un personaje de intenciones poco claras que lo invita a participar en la aventura de su vida: la búsqueda del Santo Grial, ya sabéis, el cáliz que el propio Jesucristo utilizó en la última cena y en el que, según se cuenta, José de Arimatea recogió su sangre después de la crucifixión. Y no, no van por aquí los tiros. 

El caso es que el bueno del Doctor Jones improvisa una traducción más que ajustada, según parece, pero comete, al describir la lápida, un error de principiante. Y vuestra tarea, muchachos, es enmendarle la plana e identificar dicho error, así que sacad el boli rojo, fruncid el ceño y corregid, corregid, mis jóvenes amigos.



lunes, 3 de noviembre de 2014

HOMO HOMINI LUPUS

Bemidji, Minnesota (EE.UU). Un frío que corta la respiración y un asesino a sueldo incapaz de empatía alguna que se ve obligado a detenerse en tan anodino pueblo por un accidente casual. Tal es el punto de partida de Fargo, reciente triunfadora de los premios Emmy, que, estoy segura, le encantará a nuestro adicto en serie particular, Jorge E. Y a todos los que se atrevan con ella, claro está. 
Mientras os decidís, aquí os dejo un pequeño clip con su correspondiente dosis de intriga, por supuesto. Al volante, Malvo, nuestro asesino a sueldo. De pasajero, un más que angustiado “Griego”. Y no, no van por aquí los tiros, pues hoy es el turno de Roma. 


Las preguntas para las que hoy busco respuesta son las siguientes: 
1. ¿Qué leyenda inspira la metáfora de Malvo sobre los romanos como lobos? Resumidla en no más de cinco líneas. 
2. ¿A qué autor latino debemos la máxima que da título a esta entrada y que se puede traducir como “el hombre es un lobo para el hombre”? ¿Qué filósofo la popularizó muchos siglos después? 
3. ¿A qué se refiere “el Griego” al aludir a la condición cristiana de san Lorenzo para explicar su martirio? 
Como siempre, espero vuestras respuestas en forma de comentario a esta entrada antes de siete días con sus correspondientes noches. Tenéis trabajo que hacer, mis jóvenes amigos, así que husmead, husmead.

lunes, 27 de octubre de 2014

ALIQUANDO BONVS DORMITAT HOMERVS (“de vez en cuando duerme el buen Homero”)



No sabía bien Horacio, poeta romano del siglo I a. C., lo bien que vendrían las palabras que dan título a esta entrada para describir al segundo Homero más célebre que en el mundo ha sido. Hablamos, por supuesto, de Homer Simpson, ese padre de familia torpón y barrigudo que ni por casualidad da una a derechas. Y digo que le vienen bien las palabras de Horacio, porque el poeta preferido del emperador Augusto las escribió para subrayar la falibilidad humana. Sería un equivalente del castizo “hasta el mejor escribano hace un borrón”. Claro que a Homer Simpson mejor le vendría un semper que un aliquando...
En cualquier caso, resulta que en el capítulo Historias de dominio público los Simpson homenajean al auténtico Homero y con Homer en el papel de Odiseo / Ulises -¡viva la ironía!- recrean algunas de las escenas más célebres de la Odisea. Aquí os lo dejo para aquellos que os lo perdisteis en clase.
Por favor, prestad atención a los mecanismos con los que Matt Groening consigue el humor. Atended, sobre todo, a los anacronismos que hoy nos comentaba Aitor y no os perdáis a las Sirenas, más cerca de lo que pintó Homero que de lo que la tradición nos quiso hacer creer.
¡Ved, ved y reíd, reíd!



domingo, 26 de octubre de 2014

LET US SPEAK GREEK!



En la muy tradicional y académica ciudad de Boston hacen ciencia de frontera. La hacen, al menos, Olivia Dunham, Peter y Walter Bishop, los protagonistas de Fringe, otra estupenda serie de ciencia ficción del gurú de lo extraño e inquietante, J. J. Abrams. A lo largo de los cien capítulos de sus cinco temporadas se duplican las dimensiones  y se analizan innumerables fenómenos paranormales, entre los que se cuenta la glosolalia, ¡en lenguas clásicas! Aquí tenéis, por cierto, una nueva palabra para vuestro glosario, glosolalia, “don de lenguas”, del griego γλῶσσα (‘lengua’) y λαλιά (‘conversación’). Los villanos de los primeros capítulos, al igual que los de aquella inquietante isla de Perdidos, hablan latín y Olivia regresa de un viaje interdimensional hablando griego, como podéis ver en el siguiente clip, que, seré buena, incluye susto. No digáis que no os avisé...


Sin embargo, latín y griego se hallan presentes en nuestro mundo y no es necesario que vayamos a otras dimensiones para encontrarlos. Ya sabéis, amigos míos, lo que opino del calificativo maldito de “muertas” que los bárbaros se empeñan en asignarles a nuestras dos lenguas preferidas. Nos centraremos hoy en el griego, que vive y colea no solo en Grecia, sino también en nuestra lengua. ¿Dónde? En el léxico científico-técnico, sobre todo. Basta una visita al hospital, por ejemplo, para que carteles y médicos nos bombardeen con términos procedentes de la lengua de Homero. Aquí os dejo unos cuantos. 

Vuestra tarea, my happy few, es explicar brevemente el significado de todos ellos acudiendo siempre a su etimología. Para muestra, como siempre, un botón:

- Oftalmología: disciplina médica que se ocupa de los ojos; del griego ὄφθαλμός y λόγος

- Neumología:
- Cardiología:
- Neurología:
- Ginecología:
- Urología:
- Traumatología:
- Pediatría:
- Psiquiatría:
- Anestesia: 

Y vuestra tarea es también permanecer alerta y traer a clase cada término de origen griego con el que os topéis o creáis haber topado. ¡Buscad, buscad!

martes, 21 de octubre de 2014

EL DÍA DE SAN CRISPÍN: LA MEJOR ARENGA JAMÁS ESCRITA



Ahora que todos os habéis formado ya, más o menos, una idea de las características esenciales de la épica, no podía pasar por alto la que, sin duda, es la arenga más bella jamás escrita, aunque no venga firmada por Homero o por Virgilio. El sábado 25 de octubre, amigos míos, es San Crispín, patrón de los zapateros, y celebramos, pues, el aniversario de la heroica batalla de Agincourt (1415), en la que un mermado ejército inglés comandado por Enrique V derrotó a las, en principio, muy superiores fuerzas francesas. 

Cuentan los libros de historia que la clave de tan inesperada victoria fue la destreza de los arqueros ingleses, más capaces que una caballería francesa entorpecida por la lluvia y el barro. Sin embargo, el más célebre dramaturgo que en el mundo ha sido, William Shakespeare, le atribuye el mérito de la victoria a la arenga que, poco antes de la batalla, pronunció el mismo rey Enrique V ante sus inquietos hombres. Y para aquellos que no sepáis lo que es una arenga, es lo que los horteras manuales de autoayuda llamarían discurso de motivación. Nosotros, ya lo sabéis, reivindicamos lo simple, así que nos quedamos, por supuesto, con el término arenga, y reivindicamos también la magia y el poder de la palabra, así que estamos encantados de darle a Shakespeare y a su locuaz Enrique V el crédito que la Historia le ha dado a la estrategia militar. Os dejo con Su Majestad, muchachos, tal cual lo representa para la gran pantalla Sir Kenneth Branagh. 

Ved, oíd y disfrutad, felices pocos... y, cuando hayáis terminado, volved a verla. Solo después podréis y deberéis buscar en el cine o entre vuestros libros una arenga que queráis compartir con nosotros. No será, seguramente, tan hermosa como esta pero igualmente traedla por aquí.



¡Feliz Día de San Crispín!